Un lunes como hoy hace 28 años nací en Bogotá, ¡que duro debió haber sido salir de la comodidad y la protección del vientre de mi madre!
¿Que habrá pasado por la mente de mi familia?
Lucho seguramente estaba pensando en compartirme sus carritos, poco después ya varios de esos carritos golpeaban mi cara acompañados de “hola Santi, yo soy tu hermanito lucho”
Cata estaba probablemente decepcionada, ella quería una hermanita, gracias a Dios ya había sido reprimida por mi mamá cuando vistió a lucho de niña y a mi eso no me toco.
Camilo feliz, mi papá para salir del paso de él cuando iba a nacer lucho le prometió que el próximo se llamaría Santiago, pensando que no habría un próximo.
Mis papas felices, supongo que con la angustia que supone traer una nueva vida al mundo, ahora les puedo decir que lo han hecho muy bien, nunca me ha faltado nada gracias a ellos.
Hoy pienso en todo lo que he vivido, rodeado de una familia sin igual, unos amigos que se han vuelto familia, a veces me parece que he vivido tanto, que me angustia el hecho de pensar en lo que me falta, veintiocho años no son nada, ¿Qué mas sorpresas me traerá el destino?
Gracias a todos aquellos que me quieren, su amor es correspondido por el mió, ustedes hacen que vivir valga la pena, espero estar siempre rodeado de ustedes y su incondicional amistad.
Gracias a quienes no me quieren, ustedes me hacen fuerte y me hacen dar más ganas de salir adelante.
Gracias a Dios, en sus manos pongo mi vida y me ofrezco como su fiel soldado.
De corazón ¡GRACIAS!
Santiago Valencia G.
