jueves, 10 de febrero de 2011

Adiós Mamá Vieja (QDEP)

Publicado en el Colombiano el 11 de Febrero de 2011, para leerlo en el diario dar click (AQUI)


Ayer Lula se fue a dormir como todos los días, tal vez recitando o cantando en su cabeza las poesías y canciones que le enseñaron en la escuela, tal vez acordándose de 98 años vividos  a plenitud, tal vez pensando en sus hijos, en sus nietos, en sus bisnietos y en tanta gente que la acompaño a lo largo de su vida.

“Mary; ¿Por qué no le FRUNCITES los pantalones a ese muchacho? ¡Que va a decir la gente! Un nieto de Elvira Cossio y ¿con esos pantalones? Le dijo a mi mamá un día con cara AJUACADA.

“Sonia; pobre ese muchacho, Fabio siempre lo manda para Medellín sin plata y él se tiene que quedar aquí con esta vieja viendo Televisión todo el día” caminó, como solo ella lo hacía, hacia su habitación y volvió con el puño cerrado, se me acerco, y con esa ternura  y amor que solo dan los años y lo vivido, puso en mi mano 2000 pesos.

Un rato después mi tía Sonia le dio 20.000 pesos “Mamá, vea pues para que se los de a Santiago” “No, si yo ya le di” y a la carterita, culpable por cierto de malas miradas e insultos a mi tío Humberto.

Como estas son miles las historias que podemos contar cada uno de nosotros sobre esa mujer fuerte y abnegada a su familia, ese sol sobre el cual todos girábamos alimentándonos de su luz y de su calor, esa maestra que nos dio la lección mas grande que un ser humano puede aprender, el amor incondicional y la unión de la familia.

Lula, me quedo con ese amor, me quedo con ese cariño, me quedo con la mirada altanera, la palabra grosera, el dicho sabio, los pasos y caminos recorridos, me quedo con tus valores, tus ideas, tu fuerza y con el recuerdo, el honor y la alegría de haber sido una parte de ti.

Estoy seguro, que anoche cuando murió, como tantas otras noches, llegaron a su cama Luis y Barbara, pero esta vez no vinieron solos, vinieron también Rubiel, Rodrigo, Margarita, los bisabuelos, hermanos y todos quienes la esperaban en el cielo.

“Golondrina” dijo el Abuelo, “vamos  que arriba te están esperando, has cumplido ya con la misión que te encargo el Señor”

“no Luís, yo no estoy lista, aquí me necesitan mis hijos, mis nietos y mis bisnietos”

“Vieja, hoy es distinto, te preparamos una fiesta en el cielo, el señor, en tu honor, llamo a Helenita Vargas para que a dúo con ella cantes sus canciones”

A lo que lulita no tuvo mas opción que acudir a tan importante llamado.

Disfruta tu fiesta mamá vieja, te la mereces más que nadie, aquí vamos a estar bien, y algún día seremos nosotros los que nos durmamos en la tierra, pero abramos los ojos y nos despertemos a tu lado en la gloria de Dios.

Santiago Valencia G.

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