martes, 8 de febrero de 2011

Elle s'appelait Sarah

Publicado en el Colombiano el 15 de marzo, para leerlo dar click (AQUI)

O “La llave de Sarah” como la han bautizado en español, es una conmovedora película basada en el libro de Tatiana de Rosnay y dirigida por el director Gilles Paquet-Brenner.
 
La historia se desarrolla; por una parte en Paris, en Julio de 1942, cuando la policía francesa arresta a las familias judías de la ciudad, entre ellas la de Sarah, una niña de 10 años, quien para proteger a su hermano menor, lo encierra en un armario secreto prometiéndole volver por él.

Por otra parte, más de setenta años después, la historia de Sarah se ve ligada a la de una periodista estadounidense que investiga la redada policial en contra de los judíos franceses, lo que encuentra la hará replantearse sobre su vida.
 
Tal vez lo que más la hace cuestionarse es descubrir que la casa donde ella habita en parís es la casa que años atrás fue la de Sarah, poniéndola en contra de la familia de su esposo, al no saber si ellos tenían conocimiento de la atrocidad que allí había sucedido y si habían actuado o no de buena fe. Su esposo quien tampoco sabía de lo sucedido reacciona con indignación y decide vender la casa.

Como si esto fuera poco, la periodista recibe de su medico la noticia de un nuevo hijo, al contarle la buena nueva a su esposo, este resuelve que ella debe abortar, pues simplemente no quiere tener un segundo hijo.

La película fue de mi agrado, sin embargo me indigno bastante la actitud del esposo de la periodista, quien rechazo, como es natural, las atrocidades cometidas en contra de los judíos en la segunda guerra mundial, pero decidió sin mas consideración que su esposa debía abortar.

Hoy son muchos los que profesan esta doble moral, repudiando hechos tan inhumanos como el secuestro, la tortura o el desplazamiento forzado pero defendiendo a capa y espada el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo aun en contra del derecho a la vida, el primero y más importante de los derechos.

No quiero llevar la discusión al campo moral o religioso, simplemente mantenerlo en lo jurídico, y por lo tanto no me refiero en este artículo al aborto terapéutico o sobre los otros supuestos que han sido despenalizados por la Corte Constitucional.

Me refiero únicamente  a aquellas personas que entienden que el derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo, en cualquier circunstancia, se sobrepone o es superior al derecho a la vida del no nacido.

Santiago Valencia G.   
twitter: @sanvalgo

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